La ciencia de la felicidad

El concepto de felicidad se ha tratado desde tiempos inmemorables en el ámbito de la filosofía. No obstante, durante los últimos años, cada vez más psicólogos, sociólogos y empresarios se han interesado en estudiar la felicidad con métodos científicos con el fin de encontrar cuál es su fuente y descubrir si existe una relación con ser más productivo, es decir, si ser más feliz provoca mayor productividad.

Las investigaciones demuestran que ser feliz es siempre nuestro objetivo máximo, pero tendemos a dejarla en segundo plano por otras metas “menos importantes”, frecuentemente de manera inconsciente. ¿Por qué?

Según el Doctor Rajagopal Raghunathan, investigador en el ámbito de la psicología, ciencias del comportamiento, teorías de la decisión y marketing; los mitos y factores externos, sobretodo culturales, son los que provocan que sacrifiquemos nuestra felicidad por otros objetivos.

Un ejemplo de esto es la paradoja de maximizar el beneficio, comportamiento que no siempre conlleva maximizar tu felicidad. Te vamos a poner en una situación muy común:

Entras en una tienda de ropa y tiene una super oferta: “Compra una prenda y llévate la segunda unidad con el mismo precio o inferior al 50% de descuento”. Miras por la tienda y encuentras unos pantalones que te encantan por 60 euros, y empiezas a buscar otros para aprovechar la oferta. Has buscado minuciosamente por toda la tienda y encuentras otro pantalón chulísimo, el que más te gusta, por 30 euros. Pero entonces te replanteas: “Voy a volver a mirar a ver si encuentro otros que me gusten y valgan más, entre 30 y 60 euros, para aprovechar la oferta”.

¿Por qué escoger otros pantalones que te gusten menos pero que cuesten más para aprovechar la oferta si el que te encanta es el de 30 euros?

Esto es un ejemplo de una situación en la que sacrificamos nuestra felicidad y, para entender mejor el motivo, vamos a centrarnos en qué es lo que nos la proporciona. Si bien es cierto que cada uno de nosotros tiene sus fuentes de felicidad, estas se pueden clasificar en 5 categorías:

1. Placer sensorial: que te sirvan tu plato preferido, ir al cine o recibir un masaje, son ejemplos de actividades que provocan este tipo de felicidad.
2. Orgullo de superioridad: no tiene porqué estar relacionado con la arrogancia. Sacar la mejor nota en un examen o ser ascendido en tu empresa y sentirte orgulloso por estos motivos son ejemplos de fuentes que te causan este tipo de felicidad.
3. Orgullo de sabiduría: es la felicidad relacionada con el conocimiento, es decir, soy feliz porque sé lo que sé y/o quiero seguir aprendiendo.
4. Conexión emocional: por ejemplo, tener una buena relación con tus familiares y tu círculo más cercano.
5. Abundancia: no tiene nada que ver con tener muchas cosas o mucho dinero. Es el sentimiento de que tienes todo lo que necesitas y de que la vida es perfecta con sus imperfecciones.

Esta clasificación está organizada según la durabilidad del sentimiento de “ser feliz”. Es decir, la felicidad provocada por el placer sensorial es la menos duradera y la de la abundancia es la más duradera. Además, también están categorizadas por fuentes extrínsecas e intrínsecas, el placer sensorial te la proporcionan factores totalmente externos y la abundancia, factores totalmente internos.  

Una de las conclusiones del Doctor Rajagopal Raghunathan y sus compañeros, es que la cultura actual está enfocada sobre todo en el placer sensorial, por lo que muchas veces tendemos a sacrificar otras fuentes de felicidad (más duraderas) por el placer sensorial.

También menciona que una fuente no es mejor que otra, ya que hay variedad de actividades que nos proporcionan un estado de felicidad, pero que centrarnos en una sola fuente puede ser perjudicial.

Por estos motivos, sugieren que enfoquemos nuestras energías en actividades que se relacionen con la “Abundancia” para ser más felices, ya que son las más duraderas y las que no dependen de ningún factor externo.