El síndrome de "estar quemado".

¿Alguna vez te has sentido muy desmotivado por tu trabajo? ¿Empezar un nuevo día se te hace imposible? Muchas veces entramos en una rutina en la cual nos va desgastando poco a poco y de repente nos damos cuenta de que hay muchas cosas que no te gustan, no estás conforme o que te molestan. Nos vemos envueltos en un entorno en el que enfrentarse a un nuevo día de trabajo se nos hace muy duro. ¿Por qué puede pasar eso? Uno de los fenómenos más generalizados que explicaría esta situación y que se está experimentado en nuestra sociedad durante los últimos años es el efecto burnout.

Pero… ¿Qué es el efecto burnout?

El efecto burnout es el malestar que una persona experimenta por la presión constante de situaciones estresantes en un entorno laboral y, si se prolonga en un periodo de tiempo largo, puede llegar a generar estrés crónico. El efecto burnout influye tanto emocionalmente como en la relación con otras personas; creando así una disminución de la motivación generalizada y que la efectividad en el trabajo disminuya.

Coloquialmente se le llama “estar quemado”. Este concepto lo dió a conocer el psicólogo estadounidense Herbet Freudenberger, con la publicación de su libro “Burn Out: The High Cost of High Achievement. What it is and how to survive it” (“Estar quemado: el coste de los grandes logros. Qué es y cómo sobrevivir a ello”).

Podemos observar el efecto burnout en distintos ámbitos, pero diferentes estudios han demostrado que este síntoma es más visible en el sector de los servicios, donde los trabajadores se ven superados por las dificultades en el trato con los clientes. Esto crea que el que está “quemado” se sienta desbordado por el trabajo y que los esfuerzos que emplea en ello, resulten en vano.

¿Qué nos ocurre cuando "estamos quemados"?

Los efectos del burnout se pueden ver reflejados en diferentes niveles en las personas que lo sufren:

• Agotamiento debido al estrés constante que se sufre diariamente.  Esto se ve motivado por cambios en los patrones de comidas, dolores de cabeza, caer en malos hábitos como beber o fumar más a menudo, tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco entre otros.

• La autorrealización. Esto se ve reflejado en la desmotivación paulatina por el trabajo. Ante las inagotables y constantes exigencias de faena, se genera un percepción de ineficacia o falta de resultado aún estando empleando el máximo de tus habilidades o competencias individuales. Es por ello que normalmente las personas con niveles bajos de motivación dejan tareas incompletas porque no ven el valor o finalidad de completarlas. El compromiso con el trabajo que había en un principio desaparece.

• Desvalorización por el trabajo realizado o por la recompensa que se obtiene después. Esto puede ser debido a una inexistente o falta de reconocimiento por parte de los jefes por el trabajo realizado o un salario que no está acorde con las responsabilidades del puesto. Estos hechos pueden provocar la pérdida progresiva de autoestima e incluso, si se prolonga en el tiempo, puede desembocar en depresión.

• La pérdida de seguridad en un entorno en el que antes garantizaba estabilidad en el empleo y orden. Si lo relacionamos con las condiciones laborales, deriva en situaciones inestables como contratos precarios, horarios partidos, trabajo temporal... algo que crea una sensación de inestabilidad e incertidumbre en los trabajadores, lo que hace que no se sepa ni la durabilidad del trabajo ni las condiciones en las que se desarrollará.

“ Si sientes: inseguridad, desmotivación, percepción negativa del resultado de tu trabajo, incapacidad para resolver las demandas diarias, menospreciado, invadido, incompetente, vulnerable, estresado o limitado… si te ves reflejado en la mayoría de estas sensaciones, tienes muchas posibilidades de estar quemado“.

Conocer estos efectos y tomar consciencia de ello es muy importante para poder cambiar esta incómoda situación de malestar. Además, realizar actividades que te ayuden en tu desarrollo personal, como por ejemplo, empezar un nuevo curso online, empezar a practicar un deporte o leer un libro; pueden aliviar el efecto burnout o el agotamiento constante.