Vivimos en un mundo que cada vez es más pequeño y está más globalizado. Las distancias se acortan y las culturas se acercan, pero no tanto como para perder su esencia y sus modos de comportamiento. Por ello, hoy comenzamos una serie relacionada con el protocolo internacional, es decir, con las formas y los hábitos que hay en cada país.
Lo que pretendemos con esta serie de entradas es facilitaros unas pautas de comportamiento de distintos países de manera simplificada. Por un lado, buscamos aportaros unas herramientas que os faciliten las relaciones con personas de ese país y evitar momentos incómodos por acciones inapropiadas culturalmente y, por otro lado, conocer curiosidades de distintas sociedades.
Pese a las diferencias culturales, es mucho más lo que nos une. |
El protocolo, al contrario de lo que mucha gente piensa, no está relacionado con las formas excesivamente cuidadas y pomposas, sino que busca que las actitudes y las formas sean correctas. Es decir, busca “el orden” y “lo adecuado” en cada momento. El ser capaces de comportarnos del modo que se espera de nosotros, nos abrirá muchas puertas y facilitará nuestras relaciones con personas de otras culturas.
Por ello, el conocimiento de los hábitos de una sociedad determinada es un factor esencial a tener en cuenta, especialmente si deseamos realizar negocios con personas de ese contexto cultural, tanto en su país como en el nuestro. Es importante recordar que siempre que queramos que alguien “nos compre” nuestros servicios tendremos que hablar en “su idioma”, y si esto no fuera posible, acercarnos lo máximo a su cultura empresarial para facilitar el intercambio comercial. El modo que tenemos de acercarnos a ellos es simple: conocer qué esperan de nuestro comportamiento en un contexto como este, por lo tanto, conocer su protocolo.
¿Por qué internacional?
Vivimos en un mundo interconectado y multicultural. Cada vez es más fácil viajar, estudiar y trabajar en otros países y cada vez más empresas poseen una plantilla de empleados de distintas partes del globo. Esto conlleva tanto enriquecimiento de la plantilla como shock cultural. Asimismo, puedes contar con la posibilidad de que tu negocio se extienda a otras naciones y con ello, obtengas diferentes puntos de vista.
Y aunque haya muchas cosas que se compartan entre países por influjo de la globalización, no hay que olvidarse de que cada cultura tiene sus propios hábitos y que, posiblemente, nuestro modo de comportarnos choque a la persona que tenemos enfrente.
Por ello, es esencial no entrar en situaciones “incómodas” sobre todo cuando nos trasladamos al país a trabajar o a estudiar, aunque contadas como anécdotas son muy divertidas. Por otro lado, puede que nuestra actividad se desarrolle simplemente en un contexto multicultural y tengamos que lidiar con diferentes comportamientos según cada nacionalidad. Para evitar estas situaciones de conflicto, lo ideal es conocer al otro y adaptarnos a él hasta cierto punto para facilitar y mejorar las relaciones.
Conocer los hábitos y el comportamiento de personas de otras culturas nos ayuda a integrarnos con personas de otro país, a mejorar las relaciones en contextos multiculturales y a conocer mejor quiénes somos y cómo nos comportamos.
Viaja, aprende y conviértete en una mejor versión de ti mismo. Sobre todo, disfruta del trayecto.
Y tú, ¿has tenido alguna vez un malentendido cultural? Compártelo en los comentarios de abajo.
Photo credit: fdecomite / Foter / CC BY
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