Al fin y al cabo, da igual si somos diferentes. Lo importante es ofrecer lo mejor de nosotros mismos. |
En este artículo ponemos el foco de atención en las personas extrovertidas que tienen un carácter un tanto complicado. En concreto, te ofrecemos cuatro perfiles y te damos pistas de cómo tratarlos.
- La bohemia: es la persona que prioriza las experiencias y las emociones. Ha viajado mucho, le gusta pasear en entornos naturales y aporta muy “buen rollito” a la empresa. A veces la tachan de extraña por su forma de ser, pero relaja el ambiente y aporta espiritualidad.
La mejor manera de trabajar con este tipo de perfil es teniendo una comunicación fluida y un lenguaje corporal calmado, con movimientos suaves y lentos. Hazle saber la importancia de su trabajo y haz que sus tareas sean una experiencia que le aporte crecimiento profesional y personal.
- La feliciana: son esas personas que no entiendes de dónde sacan tanta energía y tanto positivismo. A veces, hasta puedes desconfiar de tanta alegría. Irradian tanta felicidad que todo les parece de color de rosa y eso te puede hasta incomodar.
Les gusta hablar y comunicarse, por lo que es preferible que les asignes tareas en las que puedan gastar sus inagotables energías. Realizar informes y analizar datos les incomodará, prefieren el contacto humano y expresarse. Haz que se muevan, que hablen, que vayan de un extremo de la oficina a otro… así les harás más felices todavía (si es posible).
- El socializador: también conocido como el/la cotorra. No calla ni debajo del agua y le gusta ser el centro de atención. Como puedes intuir, le incomoda bastante el silencio. Por ello, es preferible que le asignes tareas que tengan una alta dosis de comunicación. Pero cuidado, puede ser un catalizador para la distracción de los demás. Si éste no cae bien al resto del equipo, generará un mal ambiente laboral, aún más si en el equipo hay un “Sin pelos en la lengua”.
- El “Sin pelos en la lengua”: siempre hay alguno en la empresa que no filtra, que dice las cosas sin pensar. Es tan sincero que a veces es aplastante, puede hacerte tanto un comentario sobre lo mal vestido que vas hoy como de lo radiante que se te ve por la planta. Cuando hacen un comentario negativo, probablemente no lo hagan con maldad. Simplemente no piensan el efecto que pueda tener en ti.
Con ellos es mejor ser claros y directos, no te andes por las ramas porque perderás su confianza. Pensará que estás dándoles excusas para hacer una cierta tarea. Ellos no filtran al facilitar información, pero tampoco filtran para recibirla. Por lo tanto, no tengas ningún pelo en la lengua con ellos tampoco, al final, te lo agradecerán.
En definitiva, no se trata de etiquetar a las personas y robotizarlas, simplemente debes conocer sus puntos fuertes para potenciarlos y sus puntos de mejora para trabajar de manera eficiente con ellos. Además de gente extrovertida en la oficina, también hay personas introvertidas y es importante conocer la forma adecuada para aproximarse a ellos.
Por último, recuerda que para asignar las tareas de la manera más eficiente y hacer que tus empleados se sientan como pez en el agua, es importante saber qué tareas debes asignar a cada uno de ellos dependiendo del carácter que tengan. Te lo agradecerán y te lo agradecerás.
Y tú, ¿tienes en cuenta la personalidad de tu equipo para gestionarlo?
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