La empatía es algo muy nuestro, muy humano, que nos hace receptivos a las emociones de los demás. De hecho, sin la empatía posiblemente nuestras relaciones serían muy distintas a como son y no tendríamos tanta conexión emocional con los demás. Por no hablar de la carencia de escrúpulos con los que contaríamos, algo que explicamos en esta entrada.
Pero puede que no sepamos de ella tanto como pensamos aunque la sintamos a menudo. Por ello, te ofrecemos una definición de la misma dividida en 10 aspectos clave. Tan sencillos y tan cercanos como las definiciones de arriba.
Según el diccionario de la Real Academia, en la entrada de empatía aparecen dos acepciones:
1. f. Sentimiento de identificación con algo o alguien.
2. f. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
La empatía y la identificación con el otro van de la mano. Es la capacidad de ponernos en el lugar del otro. El compartir cómo se siente el otro por haber estado en el mismo lugar antes o por comprender cómo se siente así.
2. De dónde viene la palabra empatía?
Viene de la palabra griega ἐμπάθεια (empathía) que significa “dentro de la emoción del otro”, algo que define muy bien en qué consiste la empatía: en el acercamiento emocional que tenemos con otra persona para comprender su situación.
Tanto, que nos llegamos a poner en su piel.
3. ¿Cómo se muestra la empatía?
Hay muchas formas de mostrar al otro ese “sé cómo te sientes” (o incluso “siento cómo te sientes”) más allá de la verbalización.
Muchas veces una mirada o un gesto adecuado lo dicen todo: ponen de manifiesto el que compartimos la emoción del otro, el que entendemos o sabemos lo que es estar donde está.
Además de con los gestos, contamos con el tono que modifica la sensación que transmitimos con cada uno de nuestros mensajes. Un tono de voz comprensivo y adecuado a la situación potencia el efecto de las palabras de apoyo que queremos transmitir.
Por ello, cada mensaje que transmitimos se divide en lenguaje corporal, tono y palabras y la empatía se transmite con cada uno de estos elementos al comunicarnos.
4. Empatía no es lo mismo que simpatía
Estas dos palabras se parecen en la forma, pero no en el concepto que representan cada una de ellas. Para comprobarlo, échale un vistazo a este vídeo:
Hay situaciones en las que más que bromas y risas necesitamos que las personas que están a nuestro alrededor nos comprendan. Que sepan cómo nos sentimos. Necesitamos que se acerquen a nuestro estado emocional.
Puede resultar un tanto peligroso confundir la empatía con la simpatía porque el efecto que producen en la otra persona es completamente diferente. Por esto, tan solo sería recomendable usarla tras haber mostrado empatía y con personas con las que tenemos confianza.
5. Neuronas espejo
Desde que somos pequeños imitamos a las personas de nuestro entorno. Y es algo que perdura a lo largo de nuestra vida. Básicamente somos como monitos de imitación “monkey see, monkey do” :)
¿A qué se debe este comportamiento? Contamos con una clase de neuronas llamadas “neuronas espejo” que nos hacen copiar gestos e imitar cómo se mueve otra persona. Sin burlarnos, eso sí, porque se trata de un acto reflejo e inconsciente en muchas ocasiones.
Posiblemente te hayan pegado un bostezo, has sonreido cuando has visto a alguien haciéndolo e incluso te habrá pasado que cuando estás mucho tiempo con una persona te das cuenta de que vuestra forma de hablar y de moveros se parece cada vez más. Todas estas reacciones se las debemos a las neuronas espejo.
Pero no nos limitamos a imitar gestos, sino también imitamos sentimientos de los demás, de ahí su conexión con la empatía. Pero ¡ojo! No todo el mundo las tiene. Te lo explicamos en el siguiente punto.
6. Los psicópatas no la tienen
Antes de comenzar con este punto, vamos a poner los números y los datos sobre la mesa. Entre un 1% y un 5% de personas presentan rasgos de psicopatía en mayor o menor medida. Por lo tanto, posiblemente tengas un psicópata en tu entorno, pero no te angusties antes de tiempo porque son pocos los que llegan a cometer crímenes.
¿Qué caracteriza a estas personas? Los psicópatas no cuentan con neuronas espejo y por esto carecen de la capacidad de ponerse en el lugar del otro para comprender cómo se siente, lo que dificulta sus relaciones sociales.
Esto no quiere decir que todos los psicópatas sean asesinos como nos venden en las películas, pero lo que sí es cierto es que son personas que carecen de escrúpulos para llevar a cabo acciones que les lleven donde quieren llegar sin tener en cuenta las emociones o la situación del otro.
7. Se puede sentir o se puede entender
Podemos dividir el concepto de empatía en dos tipos:
- Empatía cognitiva o entender cómo se siente el otro.
Posiblemente no hemos estado en una situación similar, pero comprendemos cómo se siente la otra persona.
- Empatía afectiva o sentir lo que siente el otro.
Una empatía más intensa que la anterior que está a menudo relacionada con el haber estado en una situación similar.
Imagínate que un amigo tuyo tiene una mascota y ésta ha fallecido. Si nunca has tenido una mascota o no tenía mucho vínculo con ese animal, posiblemente entiendas la pérdida pero no compartas el sentimiento de pérdida que tiene tu amigo.
En cambio si has pasado por una situación similar debido a que has tenido un animal de compañía o has pasado mucho tiempo con la mascota de tu amigo, tu conexión emocional será tan intensa que experimentarás parte del dolor del otro.
Tenemos dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos.-Epíteto. |
8. Cuanto más cerca, más empatía
La cercanía física y emocional con una persona hace que sintamos más empatía. Entre los factores que consideramos para que estemos “cerca” de alguien está:
- Estar cara a cara con esa persona
La conexión visual es muy importante para crear esta conexión. Por este motivo, cuando hablamos por teléfono con alguien recordamos la cara de esa persona o nos imaginamos cómo es. Algo muy similar ocurre cuando chateamos, donde incluso recordamos la voz de la persona con la que estamos hablando para que el referente sea más intenso.
- Pasar por una situación similar
Nos vemos reflejados en su realidad por lo que sentiremos empatía automáticamente.
- Que esa persona forme parte de nuestro entorno
Si es alguien relevante para nosotros será mucho más fácil empatizar que si se trata de un desconocido.
9. Cuanto más lejos, menos empatía
La falta de empatía en algunas situaciones está relacionada con el distanciamiento en varios sentidos:
- No le vemos la cara
Siempre resulta más difícil empatizar por teléfono o por chat con desconocidos porque no contamos con los referentes visuales o auditivos en el caso del chat para poder hacerlo.
- No consideramos que esa situación sea importante
Si juzgamos la situación del otro y no encontramos relación entre su estado de ánimo y la misma, será muy difícil sentir empatía por ello. En el vídeo que aparece en el punto 4 decía que no había que juzgar para sentir empatía. Y es que en cuanto juzgamos algo no somos capaces de ver la situación desde los ojos del otro.
- No es alguien de nuestro entorno
El no conocer a la persona que está en una situación determinada disminuye nuestra capacidad de sentir empatía por ella. De nuevo, necesitamos conexión emocional para que empatizar.
10. Pero, ¿la empatía sólo se siente con emociones negativas?
La necesidad de sentirnos comprendidos siempre es más grande cuando tenemos una cierta sensación de desamparo de malestar. Y por eso se vincula la empatía con las situaciones negativas en las que se encuentra otra persona y la capacidad de ponerse en su lugar
Pero no siempre es así. Ante una buena noticia el hecho de alegrarte por eso persona también puede ser una reacción empática porque, al fin al cabo, estáis compartiendo la misma emoción.
¿Conoces más aspectos relacionados con la empatía que no aparezcan aquí arriba? Compártelos con nosotros en los comentarios.
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