Cada uno de nosotros acabamos adoptando una rutina, las mismas acciones cada semana que nos hacen sentir cómodos en nuestro día a día y capaces de controlar lo que nos sucederá.
¿Es posible que siempre estemos resolviendo nuestros problemas de la misma manera? ¿La rutina hace que resolvamos los problemas siempre igual?
Edward Bono, reconocido psicólogo por sus estudios acerca de la creatividad, desarrolló el concepto de pensamiento lateral. Éste se refiere a una manera de pensar diferente ante las decisiones que tenemos que tomar en nuestro día a día. Está impulsado por la creatividad y el ingenio de asociar diferentes conceptos para llegar a un punto de vista distinto. Al desembocar en nuevas asociaciones de ideas, ayuda a crear más soluciones alternativas ante una situación complicada.
Este pensamiento es todo lo contrario al pensamiento vertical, que es aquel que impulsa la creación de un hábito o patrón de actuación. Utiliza un funcionamiento muy lógico: “si una pauta de actuación ha resultado bien, seguiré utilizando el mismo método”. Se centra en encontrar la resolución de una situación o conflicto desde el mismo enfoque simplemente porque los demás puntos de vista no son relevantes.
El pensamiento lateral nos ayuda a obtener más soluciones, ayuda a relacionar conceptos para el aprendizaje, aporta mayor adaptabilidad ante situaciones nuevas, etc.
Veamos las grandes diferencias entre ambos:
¿Siempre solucionas tus problemas de la misma manera?
El pensamiento lateral está impulsado por la imaginación y la creatividad de cada persona. Estos aspectos se pueden trabajar poco a poco para incrementar nuestra capacidad de crear nuevas ideas, es decir, nuestra creatividad. Además, ejercitando nuestra creatividad y utilizando el pensamiento lateral, podemos enfrentarnos con más facilidad a los problemas difusos, complicados o que aparentemente no tienen salida.
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